domingo, 15 de marzo de 2015

Once cosas que te arrepentirás de haber hecho cuando tenías treinta años

1. Hacer caso a los “deberías”

La treintena es la época en la que se supone todos deberíamos sentar la cabeza. Así que, lo quieras o no, oirás a mucha gente decirte que deberías dejar de salir tanto, deberías echarte novia, deberías comprarte una casa, deberías empezar a tener hijos, deberías, deberías, deberías….
Quizás, como comenta un usuario de Reddit, lo que deberías hacer es dejar de tener tantas expectativas y vivir la vida que te haga más feliz. No pienses que eres un fracasado sólo porque tu vida se desvía de la norma. Tienes sólo una vida, así que vívela a tu manera.

2. No pasar tiempo con la familia

Un arrepentimiento común que muestran las personas mayores de 40 años es no haber pasado más tiempo con sus padres, cuando todavía eran lo suficientemente jóvenes para disfrutar plenamente de su compañía. Sencillos placeres como pasear con ellos, viajar o, simplemente, conversar, pueden complicarse cuando tú pases de los 40 y ellos, probablemente, ya sean ancianos.

3. Poner el trabajo por encima de todo

La treintena es una época muy importante para el desarrollo profesional y es por ello que muchas personas se vuelcan por completo en su trabajo, pensado que, llegado un momento, podrán disfrutar de todo el tiempo libre que han sacrificado por pasar más horas en la oficina. El problema es que ese momento puede no llegar nunca, y habrás malgastado la mejor época de tu vida. Los mayores de 40 coinciden: emplea tu tiempo en estar junto a la gente que amas, porque el dinero y el poder nunca te van a devolver esos momentos.
4.  Gastar el tiempo con gente que no merecía la pena

Otro arrepentimiento común de las personas que ya han superado la treintena es haber malgastado demasiado tiempo junto a personas tóxicas, que, echando la vista atrás, no aportaron nada a sus vidas. No merece la pena emplear ni un sólo minuto de nuestra vida en aguantar a personas que sólo nos hacen daño. Si te sientes así, es mejor que te replantees la relación con esa persona: podrías estar desperdiciando los mejores años de tu vida.

5. Pensar que ya eres viejo

Cuando la gente se adentra en la treintena es habitual que pronuncie frases del tipo: “ya estoy viejo para esto”. ¿En serio? Con 30 años puedes hacer lo que te de la gana. Cierto, las resacas ya no son lo mismo, pero espera a tener 40.

6. No preocuparte por ti mismo

Si no te cuidas a ti mismo en los 30, y antepones tus intereses a los de tu pareja o tu jefe, quizás en los 40 ya sea tarde para cambiar tu situación. A medida que nos hacemos mayores tenemos más responsabilidades, así que aprovecha este tiempo en el que todavía puedes hacer lo que te venga en gana.

7. No preocuparte más por tu salud

He aquí la gran paradoja. La gente que se ha portado bien en la treintena se arrepiente de no haber sido más salvaje, y la gente que se ha portado mal se arrepiente de no haberse cuidado. Quizás la virtud esté en un término medio: se puede disfrutar plenamente sin beberse el Nilo, cuidando la alimentación y haciendo deporte. Tu futuro yo te lo agradecerá.

8. No arriesgarse

Si hay algún momento en la vida en el que podemos asumir ciertos riesgos es cuando tenemos 20 o 30 años. Así que aprovecha. Si las cosas te salen mal, aún tendrás tiempo de recuperarte.

9. No ahorrar o invertir lo suficiente

Otro consejo paradójico. ¿Podemos darlo todo, no preocuparnos sólo por el trabajo y a la vez ahorrar? En España, al menos, es difícil. Pero cuando llegues a los 40 quizás te arrepientas de no haber guardado ni un solo céntimo.

10. No viajar lo suficiente

Pasados los treinta, sobre todo si estás pensando formar una familia, cada vez te costará más viajar. Así que aprovecha estos años en los que estás libre para recorrer el mundo.

11. Preocuparse demasiado por lo que piensan los demás

Esto es algo de lo que se arrepiente la gente de 40, pero también los que tienen 50 o 20 años. Preocuparse por el que dirán es lo peor que puedes hacer. La gente que te quiere te aceptará como eres y los demás… No. Pero ¿acaso importa?


Fuente: el confidencial

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